martes, 25 de septiembre de 2012

En el país de las maravillas

Mientras el Gobierno se empeña en desalojar a un sector clave para la navegación nacional de su sitio natural (por el cual entra y sale el 80% del total del comercio de ultramar) para establecer una especie de Argenwood con plata de la ANSES y otros organismos públicos*, se pelea con la clase media para ver quien la tiene más larga y trata de decapitar al Grupo Clarín a toda costa, el Ministro de Economía (Hernán) presentó en el Congreso, el proyecto de Ley de Presupuesto para el año 2013, sin omitir la típica perorata de la profundización del modelo que nos taladra la cabeza desde hace varios años.



En lo que respecta al crecimiento, siendo generoso a la hora de opinar, el número no se aleja tanto del que pronostican los privados (4.4%). Pudieron haber previsto un 5% o 6%, aunque se dice que la recuperación no superará el 2% o 3%. Al año 2012 lo cierran con un 3,4%, lo que constituye otro maquillaje más del Gobierno ya que no se espera llegar a ese número. Lo más chistoso del asunto es que parece un maquillaje bastante caro y promete ser pagado con reservas del BCRA.

Con el tema inflación seguimos estando complicados: el supuesto 10,8% (previsto por la Ley) es muy lejano al 26% (actual) que se informa en otros lugares. Si la economía vuelve a crecer en el porcentaje que prevé el proyecto de Ley, no parece posible que la tasa descienda 15 puntos porcentuales. Esta postura se profundiza si tenemos en cuenta que muchos contratos se están actualizando en tasas mayores. Ejemplo: los alquileres de departamentos en la costa atlántica prometen ser un 20% o 25% superiores a los de la temporada anterior. Ni hablemos de lo que serán las próximas paritarias..

Otra: ¿es posible tener 10,8% de inflación anual, con un incremento de la emisión monetaria que ronda el 40%?

Teniendo en cuenta estos datos, parece una dinámica difícil de revertir en los próximos años.

 
(en celeste, la inflación oficial)

Tengamos en cuenta que se omite la inflación verdadera bajo una excusa lógica: los organismos oficiales no pueden guiarse por las estimaciones que realice un sitio web o cualquier consultora privada, si no que dependen de lo que informe el INDEC. Sin embargo, la falta de solución al problema de raíz, genera falta de credibilidad en el proyecto de Ley impulsado por el Poder Ejecutivo.

Tampoco cierra como van a revertir el déficit fiscal (leer nota de P12):
  • El gasto público seguramente seguirá creciendo a niveles alarmantes.
  • Las importaciones de combustibles se agudizarán. Los subsidios crecerán.
  • El nivel de crecimiento del gastos se aproxima al 40% anual, mientras que el aumento previsto de los recursos promete ser del 22% (inferior a la tasa inflacionaria). A simple vista no parece sostenible.
No parece creíble el tipo de cambio nominal que se prevee para el año que viene. No se deciden a emparejar el valor de la divisa oficial con el paralelo. Muchos especialistas opinan que el equilibrio actual, sería un intermedio entre el blue y el oficial (ubicándolo en $ 5,50 aproximadamente). Al ritmo que corre la tasa inflacionaria, parece insostenible la idea de que el TCN se siga depreciando a tasas reducidas.

Tampoco suena convincente el hecho de querer recuperar la economía agitando nuevamente la variable consumo. La fórmula Consumo + Inversión que promueve el Gobierno es inviable. 1) La inversión no sigue al consumo cada vez que este aumenta; 2) Para que el consumo se recupere por completo, el Gobierno debería eliminar las trabas cambiarias y a las importaciones, tanto de insumos industriales como de bienes para consumo final. Muchos de los bienes que el público desea consumir cuando dispone de excedentes monetarios, son de origen extranjero y no pueden ser sustituidos por la industria nacional. Si aumenta el consumo, no solo se eleva la inversión, si no que también, empeora la balanza comercial (al menos con un tipo de cambio real decreciente). Como no se flexibilicen las importaciones, solo se generará escasez y mayor presión sobre los precios; 3) Una obviedad: nadie invierte en un país con inseguridad jurídica como el nuestro; 4) Las cifras de IED de los últimos 8 años, no son muy promisorias que digamos. No creo que esto vaya a cambiar el año que viene. 5) De mantenerse la política de atraso cambiario (el aumento del tipo de cambio es menor a la tasa inflacionaria) seguirán las restricciones impuestas por el Gobierno. Tales restricciones, no ayudan a recomponer ni el consumo ni la inversión.

Una cosa es promocionar la inversión (hecho que no sucede) y otra es alentar el consumo y creer que el incremento de la inversión será una consecuencia del movimiento en la variable preferida por el gobierno.

En definitiva: el proyecto de Ley de Presupuesto no podrá ser coherente si el dato de inflación es falso. Por ejemplo: el rubro gastos no será el mismo con 10,8% de inflación que con 25%. Los ingresos posiblemente también crezcan en mayor proporción. Pero es posible que en el caso de la recaudación no mientan. Si esto sucede, habrá déficit**.

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*Lo más alarmante es que insisten con desalojar toda la isla, aún teniendo la posibilidad de preservar la base operativa.
**Es conocida la táctica del Gobierno de subestimar el crecimiento de los recursos, para después poder utilizar discrecionalmente el excedente obtenido gracias a las bondades del modelo. También es hecho de costumbre, el de inflar partidas presupuestarias que no van a ser utilizadas nunca (http://www.lanacion.com.ar/1510424-el-gobierno-podria-utilizar-dinero-de-reservas-para-gastos-generales)

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