martes, 31 de enero de 2012

Empezamos el Año

Habiendo atravesado un 2011 "movido" en materia política, un nuevo año nos recibe con las . En lo que respecta a "cargos", siguen Cristina, Moreno, Marcó del Pont, Giorgi, De Vido, etc. Se fueron solamente tres ministros, sólo por la obligación de asumir otro puesto de mayor importancia.

En el plano económico, parece que está cambiando el rumbo. Varios puntos a tener en cuenta (que ya son vox populi):
  • Se acentúan problemas de balanza comercial;
  • Se atenuaron problemas de salida de capitales durante los últimos meses del año pasado, por control "militar" del mercado;
  • Crece la necesidad de "recortes" (subsidios, salarios estatales aumentan menos, etc), políticamente incorrectos para un Gobierno que ganó las elecciones prometiendo sostener el despilfarro apoyado por el 54% del electorado;
  • El país sigue aislado de un mundo que ya no es tan favorable. No se resuelve nunca la deuda con el Club de París. Los primeros dos problemas mencionados, acentúan el de como afrontar los pagos de vencimientos previstos para el año 2012.
  • Las provincias empiezan a tener problemas fiscales. Al Kirchnerismo central, que apoyó a los candidatos locales, a fin de obtener votos, no le interesa demasiado la situación de apremio financiero de los distritos.
  • El país sigue con problemas energéticos.
  • ¿Cuanto se reducirá la tasa de inflación en caso de que se desacelere la economía?
Vamos con los primeros dos puntos:
El primer punto, una obviedad: hace ya varios años que casi la totalidad de los especialistas, menciona caida del Tipo de Cambio Real. Esto tiene correlación directa sobre la balanza comercial. Si a esto le sumamos el efecto consumo que ha generado la inflación (que incluye bienes finales e insumos importados) y las políticas gubernamentales activas para que el público compre más, por el lado importador, el combo parece completo. El lado exportador también presenta problemas: se depende demasiado del Agro, cuyo rendimiento durante este año, seguramente va a caer producto de la sequía. También, presentan problemas los sectores que se nutren de insumos importados para poder producir. También, hay problemas de competitividad fogoneados por una elevada inflación que sigue aumentando costos en dólares, "comiendose" la teoria del "tipo de cambio competitivo" que nos vendió el gobierno hace ya varios años, pero de la cual no se escucha ni una palabra desde hace un tiempo.

La Solución elegida por los que gobiernan, es un poco eficiente a Corto Plazo: frenar importaciones a cualquier costo, otorga a la balanza comercial oxigeno por un par de meses. Pero en un plazo un poco mayor, nos genera alguna que otra externalidad negativa.
  1. La principal: nos peleamos con nuestros socios comerciales más importantes. Perjuicio a las relaciones comerciales y diplomáticas con aliados estratégicos.
  2. Se frenan las partidas de bienes necesarios para la producción, con lo cual, se detiene de a poco la actividad, afectando al empleo. Perjuicio a los trabajadores
  3. Se empiezan a gastar los stocks de bienes importados. Se elevan los precios con el consecuente perjuicio para el consumidor. Si el bloqueo a la importación del producto, fomenta la "sustitución de importaciones", lo más probable, es que se reduzca la competencia con el consecuente perjuicio sobre el consumidor (precios más elevados). Perjuicio a la Sociedad
  4. El problema, es que esta carencia de bienes importados, no se circunscribe solamente a los bienes que el gobierno está dispuesto a sustituir. Bloquean la importación de cualquier pavada que va a ser producida localmente el dia en que los cerdos vuelen.. O de bienes de gran importancia, como medicamentos oncológicos. Perjuicio a la Sociedad.
Ni hablemos de la modalidad Morenista para tomar las medidas citadas.

El segundo punto:

El gobierno, con la intención de evitar la depreciación, eligió el peor de los caminos. En lugar de permitir una salida "prolija" dejando correr el precio de la divisa yanqui hasta situarlo en un equilibrio y calmar al publico, decidió sostenerlo "masomenos" (por que el peso se fue depreciando de a centavito), a costa de perder casi U$S 3000 M en reservas, generando escasez (exceso de demanda) que multiplicó las expectativas devaluatorias. Seguramente, por miedo a una escalada inflacionaria (como si el valor del Tipo de Cambio, fuera el único determinante de la inflación local) y a costa de sacrificar más competitividad. Con un poco más de lucidez, a lo mejor era conveniente dejar que la moneda corra (teniendo en cuenta el riesgo inflacionario), y utilizar esos $3000 M para pagar reservas (aceptando dicha medida por parte de la Autoridad Monetaria con la que no estoy de acuerdo para nada), sin la necesidad de inflamar el mercado de divisas con medidas restrictivas cuasi policiales. La otra, un poco menos lúcida pero posiblemente eficiente, hubiese sido cerrar el mercado a la fuerza, como finalmente se hizo, luego de que fracasara el BCRA como superagente del mercado, antes de que el  mismo desembolse esos miles de millones de dólares. 

Con presión al alza y todas las ganas de sostener el tipo de cambio nominal, a Moreno no le quedó otra que aplicar sus métodos contra el "chiquitaje" (o sea: impedir que una persona compre U$S 2000 para ir de vacaciones) que no mueve demasiado el mercado, pero que si amplifica las expectativas de devalueta, abre un mercado paralelo (con cotizaciones un 20% mayores dependiendo de la presión de la demanda) y  dándole el gusto a TN y a los monopolios de pegarle al gobierno con información desfavorable. 

La cuestión entonces sería ¿Se está formando una olla de presión o la calma será permanente? - Por ahora, los agentes económicos parecen haberse adaptado a la nueva situación de prohibiciones y Moreno podrá cumplir su objetivo de corto plazo de "juntar" un poco de verdes para que el BCRA pueda pagar vencimientos con reservas (por que al parecer, no son tan lelos y se dieron cuenta de que las Reservas no son tales y que por lo tanto, lo que hay no puede ser tocado). 
El problema no es que no tomen las medidas correctas para solucionar el problema, si no, que las decisiones tienen la mayor cantidad de daños colaterales posibles. Muchos de ellos, con la posibilidad  de convertirse en boomerangs difíciles de esquivar

Al parecer, los desaciertos en materia cambiaria de todos estos años de Kircherismo, comienzan a cobrar factura. La imposibilidad de hacer una u otra cosa, lo ponen en evidencia.

Por ahora, el problema es más político que económico. En el momento en el cual, el problema económico prevalezca por sobre el político, esto promete ponerse interesante.