lunes, 1 de septiembre de 2014

Como armar un chiquero en 10 días

(Otra vez utilizando el título de la película How to loose a guy in 10 days )

En la última semana y media, el panorama se ha agravado considerablemente. 

1- El déficit fiscal se está descontrolando. Los datos del mes pasado son bastante dolorosos de leer. Julio reporta un 56% más que el mismo mes del año pasado. A simple vista, uno concluye que el final no va a ser feliz. Los policymakers no parecen estar al tanto del problema y siguen gastando a lo loco, a pesar de que la recaudación (que es récord) no soporta los guarismos de semejante magnitud. Para solucionar el problema inflacionario que deriva de la madre del borrego, empezaron a manipular nuevamente cifras del INDEC. 

2- El Gobierno comienza a caer en la aplicación de leyes extravagantes como la Ley de Abastecimiento o la Ley Antiterrorista para intentar contener precios, limitar los despidos y asegurar un piso en el nivel de actividad. Quieren venezualizar la economía, a pesar de que las pruebas que nos ofrece el país bolivariano son las peores.

3- El default es un hecho. Lo que parecía un "desacuerdo ex-profeso" con los fondos buitre, con el tiempo se va convirtiendo en una realidad. En 2015, cuando venza la cláusula RUFO, Argentina no va a acatar el fallo de Griesa. Las consecuencias son desconocidas.
Los economistas adelantan que esto implicaría un cierre definitivo a las posibilidades de recurrir al financiamiento externo pretendido por los funcionarios para sostener la fiesta, aunque sea con copetín de cuarta.

4- La orden de Kicillof hacia Fabrega tendiente a bajar tasas de interés para evitar que caiga el consumo duró muy poco: al Presidente del BCRA no le quedó otra alternativa que elevarla un punto (luego de una baja de 3) para contener la la exacerbación de la huida al dólar que llevan a cabo los agentes económicos desde hace varios años. Pero la medida llegó tarde y fue interpretada como un cambio permanente en las reglas de juego: el Blue superó los $14,20. De todos modos, con los pronósticos de inflación en mano que rondan en un 40% anual, también incidió la idea de que una suba de tasas de un punto es insuficiente. Deberían haber elevado un 10%, por lo menos para evitar la continua sangría de depósitos de Plazo Fijo, que ya pierden de modo pasmoso con la inflación. 

El dólar y los problemas cambiarios

El vaticinio de que habría problemas con el nivel de tipo de cambio después del Mundial, se está cumpliendo a la perfección. Se acerca rápidamente la situación vivida en Enero, cuando de un saque y en forma desordenada, se devaluó el peso un 24%. Con una diferencia: la situación económica es considerablemente peor. Una devalueta más de esas características no sería tomada con tanta tranquilidad por los agentes económicos: durante el mes de Enero, la actividad es considerablemente menor al resto del año. 

Por otro lado, los individuos comienzan a anticipar con mayor precisión los movimientos del Gobierno. Esto implica una cobertura anticipada ante los hechos. Por eso es más que entendible la huida oficial hacia un dólar un poco más alto. También la escalada del Blue. 

La Ley de Abastecimiento 

Es imposible predecir el grado de aplicabilidad que tiene la futura nueva Ley de Abastecimiento: con la que está vigente no han hecho demasiado. Ergo, al ser recontraineficientes para todo lo que hacen, es de suponer que alguna vía de escape van a dejar abierta. Esto implica una fuga hacia ese sitio, lo que significa mayores costos para la sociedad. De hecho, demostraron ser inútiles al momento de redactar leyes y resoluciones, lo que llevó a varios jueces a declarar la inconstitucionalidad de la nueva normativa (ejemplos hay de sobra pero nombro uno solo: el "7D")

No creo que hacer quebrar empresas por obligarlas a producir por debajo de sus costos sea una solución pensada para el largo plazo. Tiene cierto parecido al plan que aplicaron los Soviéticos con los Nazis durante la Segunda Guerra Mundial, que consistía en abandonar sus ciudades en ruinas antes de que el invasor pudiera acaparar los recursos existentes. 

Si el plan es imitar a Venezuela pueden olvidarse: es inaplicable en este país. No imaginemos demasiado aguante por parte del público local ante una situación de desabastecimiento como la vista el domingo pasado en el programa del gordo Lanato. Podemos soportar la corrupción extrema, el clientelismo y algunas malas medidas económicas. Pero no el totalitarismo, después de haber escuchado las diatribas oficialistas antidictadura durante más de 10 años. 

El Estado no controla la calle desde hace rato. Los inspectores podrán requisar algunas empresas de renombre para sembrar el terror. Pero no cuentan con el apoyo militar ni las fuerzas de choque con las que cuenta el presidente venezolano Nicolás Maduro para llevar a cabo ciertas operaciones facultadas por leyes de este tipo. 
Tampoco pudieron cooptar la totalidad del Poder Judicial. Tienen jueces que no avalarán este tipo de atropellos. 

Con que haya un solo día viviendo esta situación, es suficiente para que empiecen a preparar el helicóptero. Ese mismo que llevó a Fernando De la Rúa en Diciembre de 2001.

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