lunes, 15 de abril de 2013

Como cocodrilos hechos cartera (II)

Si creíamos estar solamente desprotegidos ante la presencia de fenómenos climáticos extremos (tanto su prevención, como la asistencia a los damnificados), le erramos feo. Paulatinamente, la ciudadanía va perdiendo sus armas para luchar contra un Estado con cada vez más poder. 

En estos días que se escurren como el agua, el Gobierno está ensayando la avanzada final sobre la justicia. Utilizando slogans y consignas con las que nadie en su buen juicio puede estar en desacuerdo, el objetivo de la "democratización" anunciada por la Presidente luce bastante antidemocrático. Tanto en los contenidos de algunos de los proyectos, como en la forma de imponerlos en el Congreso. 

El pasado lunes 8 de Abril, la Presidente envió 6 proyectos de Ley al congreso, cumpliendo con lo prometido en el inicio de sesiones el pasado 1° de Marzo. Tanto es el apuro por sacar la ley "como sea", que de los 6 proyectos, los 3 más importantes fueron a parar al senado (recinto en el cual, el oficialismo lo tiene todo controlado). Algunos dictámenes ya fueron aprobados (increíble: la Presidente presentó los proyectos hace 3 días). Resumamos:
  1. Modificar la cantidad de miembros en el Consejo de la Magistratura. A su vez, modificar la elección de los miembros de dicho consejo. 
  2. Limitar la utilización de medidas cautelares al público en general.
  3. Creación de tres Cámaras de Casación en los fueros Contencioso Administrativo, Laboral y de la Seguridad Social y Civil y Comercial.
  4. Regularizar la situación impositiva de los magistrados
  5. Acentuar la transparencia del Poder Judicial. 
  6. Ingreso a la carrera judicial por concurso 
La primera consiste en politizar la institución que se encarga de nombrar o iniciar juicio político a los magistrados. La elección de consejeros por parte del electorado, induce a estos a formar parte de los distintos partidos políticos. Acá está una de las ventajas del oficialismo: el FPV, que constituye una fuerza política compacta en todo el país, competirá contra un equipo de opositores amateurs. Aunque obtenga el 35% (primer minoría) en el voto de los consejeros, obtendrá 2/3 de los asientos en juego el consejo. Hasta el cálculo más pesimista le proporciona al oficialismo el control total de este organismo clave. Sin embargo, los papelones no aflojan: ante la posibilidad de que los partidos políticos de la opo se junten en la elección de los consejeros, el kirchnerismo decidió poner una traba para que esto  no suceda: ahora los aspirantes deberán pertenecer al mismo partido*. 
También se modifican las mayorías dentro del consejo: ya no es necesario juntar 2/3 para seleccionar o remover un juez. Con mayoría simple es suficiente. Que suceda esto, es sumamente grave: cualquier juez, sabiendo que el consejo está compuesto en su mayoría por ardientes kirchneristas, evitará emitir cualquier fallo que perjudique al gobierno. Además, es fácil imaginar a políticos corruptos sin causas judiciales. Es un aumento de la impunidad. Es que teniendo tal mayoría, los candidatos propuestos por el oficialismo podrán ser diseñadores gráficos, plomeros, gasistas o jueces egresados en la escuela de Oyarbide. 

La segunda propuesta intenta lograr que el público desista de utilizar el argumento de la medida cautelar ante algún abuso del Estado. El pretexto es que "por cualquier cosa, hay una cautelar". Lo malo de esto, es que si un día "La Cámpora" dice que tu casa es el lugar ideal para su "Unidad Básica", prepará las valijas por que ningún juez va a resguardar tu propiedad del manotazo. Tendrás que ir a Juicio (con magistrados amenazados por el Gobierno) alquilando un departamento y con la certeza casi plena de que te vas a quedar sin casa. 

La tercer ley tiene como objetivo, ralentizar lo más que se pueda las instancias judiciales anteriores a la Corte Suprema. Los fallos de la Corte a favor de jubilados, la resolución inminente del caso Clarín (desfavorable) y otros fallos inconvenientes al poder de turno, son los que motivaron este cambio "democratizante". Por lógica, logrará su pleno cometido si coordina tareas con el nuevo Consejo de la Magistratura. Sin embargo, es poco eficiente: la Corte Suprema siempre tendrá la última palabra. Además, afecta el presupuesto del Poder Judicial.    

Las 3 restantes no son de gran importancia, puesto que en algunos casos, ya están en plena vigencia desde hace mucho tiempo. En muchos juzgados el ingreso es por concurso y la transparencia es bastante elevada. Quizá reste saber cómo implementar el tema del impuesto a las ganancias (hecho con el que está de acuerdo toda la sociedad).

Además del contenido espantoso de las leyes nombradas, es recomendable recordar una carencia importante de la llamada "democratización de la justicia": mientras que beneficia plenamente al Estado y a los integrantes de este Gobierno, no parece responder al público. No hay ninguna Ley que trate modificaciones en la justicia penal. La inseguridad y los problemas cotidianos de la gente, bien gracias. 

LA OPOSICIÓN

Que la oposición está desorientada, es más que cierto. Pero ningún sector de la sociedad hace nada por darle el espaldarazo que necesitan. Todos esperan que aparezca un líder esperanzador de la nada. La realidad es que no va a aparecer nadie. 
Para que "la oposición exista", simplemente podrían haberla votado en 2011 al margen de que los candidatos sean malos o no representen realmente los intereses del electorado. En otros términos: estamos en esta situación límite, por culpa de los indecisos, conformistas, bolsillistas y opositores exigentes que decidieron votar a Cristina por ser la opción "menos peor". El más indignante de todos (para mi): el "voto exigente" o "condicional" que consiste en votar al menos peor, pero con un mensaje: "si no cambiás, en la próxima no cuentes con mi voto". Todo muy lindo. Es una pena que Cristina haya utilizado estos votos para aceitar e incrementar su maquinaria de poder sin la necesidad de que ese 10% o 15% de incautos la voten en próximas elecciones. 

Pero si esperamos que la oposición "exista", a sabiendas de que ésta no cuenta con mayoría en ninguna de las dos cámaras para detener los exóticos proyectos oficialistas, justamente por haber recibido muchos menos votos que el oficialismo en elecciones anteriores, estamos totalmente equivocados. ¿Cual es la solución? ¿Convencer racionalmente a los legisladores oficialistas que la ley que preparó el ejecutivo no es buena para la sociedad? o ¿terminar apuntando con un arma en la cabeza al "Chivo" Rossi o a Pichetto para que cambien el voto "escribano" de sus legisladores? ¡¡No seamos inocentes!! Tanto los diputados como los senadores k, desde Kunkel a Rojkes de Alpedovich van al congreso, levantan la manito y a cambio se llevan votos, poder, favores en sus distritos y un muy buen sueldo que el 99,9% de los argentinos no podrá alcanzar en su vida. Ergo: los legisladores K no van a cambiar de opinión. El paquete de leyes enviado por el ejecutivo será aprobado sin sorpresas.

La solución más práctica parece ser una sola: votar más a los opositores que al oficialismo. Por lo tanto, los partidos deberán trabajar en pos de lograrlo. En 2009, solo bastó con eso para que no pudieran sacar durante 2 años, leyes dañinas como las citadas, cuyo objetivo de máxima es el de corregir los errores que le permitieron a la oposición, quebrar al oficialismo.

A su vez, los integrantes de la oposición no demuestran madurez ante el cariz que está tomando esta situación. Las disputas ideológicas de los dirigentes, deberán quedar en segundo plano. A diferencia de lo que ocurrió en situaciones anteriores, lo que está en juego es la república. Podemos citar varios ejemplos: 
  • Binner o Carrió diciendo que su límite es Macri.
  • Claudio Lozano, Pino Solanas o Luis Juez, peronistas de alma pero pseudo honestos o partidos de izquierda (como Libres del Sur) con imposibilidad de reunirse con sus enemigos de la UCR. 
  • La UCR y el PS separándose por las ambiciones personales de sus principales referentes, en lugar de unir fuerzas. 
  • El "Peronismo Federal" que nunca se sabe cuando van a volver al oficialismo. Idas y vuelta de Felipe Solá, o Roxana Latorre. 
La ocasión lo amerita: la única forma de lograr el fracaso del ensayo totalitarista del kirchnerismo, es elaborando una lista única y logrando que el electorado (al menos los opositores) entienda que no se trata de una cuestión de disgresión ideológica o una bolsa de gatos: se trata de defender la poca democracia que nos están dejando por ahora.  

A pesar de estar hace 10 años en el poder, la gente no parece convencida de que todos los problemas que afectan su vida cotidiana, pasan por la responsabilidad del Gobierno actual. La década de los ´90 y la hiperinflación alfonsinista parecen eventos cada vez más lejanos en el tiempo. Si la gente no cambia, el futuro es sombrío.



* Hecho que puede ser salvado si la oposición se junta y va toda junta en una lista. 

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