Juan Biani (*)
Una de las
principales acciones de discrecionalidad desmedida que tiene cierta regularidad
en la política económica argentina es la monetización del déficit fiscal, es
decir, cubrir las necesidades fiscales mediante la emisión monetaria. De hecho
este tipo de accionar fue una de las principales causas de la hiperinflación
sufrida a finales de la década del 80.
Con la sanción de
la Ley 23.928 en 1991 (más popularmente conocida como la Ley de Convertibilidad)
se trató de modificar el estilo de hacer política pasando de la
discrecionalidad a la regla. Esta ley es recordada principalmente por el
anclaje del tipo de cambio, pero tuvo otras aristas que actuaban en este
sentido, tal como la reforma de la Carta Orgánica del BCRA con el objetivo de
otorgarle autarquía y previsibilidad. El artículo 20 establecía que: “El BCRA sólo podrá financiar al gobierno
nacional a través de la compra, a precios de mercado, de títulos negociables
emitidos por la Tesorería General de la Nación. El crecimiento de las tenencias
de títulos públicos del banco, a valor nominal, no podrá ser superior al 10 %
por año calendario, ni superar el límite máximo dispuesto en el artículo 33.”
En enero de 2002 se promulgó la Ley 25.561 que puso fin a la anteriormente
referida Ley 23.928, pero manteniendo la autarquía del Banco Central. De hecho,
la Carta Orgánica del BCRA sancionada en Octubre de 2002 expresaba:
·
ARTICULO 19: Queda prohibido al BCRA conceder préstamos al gobierno nacional, a los bancos, provincias y municipalidades, excepto lo prescripto en el artículo 20;
ARTICULO 20: El Banco podrá hacer adelantos transitorios al Gobierno Nacional hasta una cantidad equivalente al 12% de la base monetaria... Podrá, además, otorgar adelantos hasta una cantidad que no supere el 10% de los recursos en efectivo que el Gobierno Nacional haya obtenido en los últimos doce meses.
Esta autarquía
fue gradualmente vulnerada (con la aplicación de las “Reservas de Libre
Disponibilidad” para el pago de deuda a Organismos Internacionales en 2005 –
Decreto 1599 – y con la conformación del “Fondo del Bicentenario para el
Desendeudamiento y la Estabilidad” en 2009 – Decreto 2010 –) hasta llegar a la
situación actual.
Situación Actual:
Con la reciente
reforma de la Carta Orgánica se amplía el objetivo del BCRA de “preservar al valor moneda” a la “estabilidad
monetaria, financiera y desarrollo económico con equidad social”,
autorizándolo a “regular la cantidad de
dinero y regular y orientar el crédito, en términos de plazos, tasas de
interés, comisiones y cargos de cualquier naturaleza, así como orientar su
destino por medio de exigencias de reserva, encajes diferenciales u otros
medios apropiados”. Esto, por sí solo, no implicaría ningún tipo de
cuestionamientos, pero lo que realmente está en juego es el incremento de la
discrecionalidad.
En concreto, el límite de los adelantos transitorios del BCRA al
tesoro se amplía del 10% al 20% de los ingresos del sector público nacional de
los últimos doce meses, significando más de US$ 15.000 millones adicionales.
Además, se modifica el Artículo 42, el cual obliga a presentar el Programa
Monetario, es decir, publicar regularmente estadísticas monetarias y
financieras. En lugar de ello, el BCRA deberá “publicar anualmente los objetivos y planes respecto del desarrollo de
las políticas monetaria, financiera y cambiaria”.
Graficamente:
Fuente: Federico Muñoz &
Asociados
Estas medidas
deben interpretarse en el contexto macroeconómico mundial, nacional y, también,
en el marco de medidas de política económica que se están tomando en los
últimos tiempos (intervención del INDEC, restricciones a la importación,
precios máximos, controles cambiarios, fomento del consumo masivo, etc.). No
hace falta ser economista, o un entendido de la realidad para predecir lo que
viene. Hoy en día la economía nos arroja la siguiente información:
Coeficiente Reservas/Pasivo del BCRA:
Fuente: Federico Muñoz &
Asociados
Índice de Producción Industrial (FIEL vs. Orlando J. Ferreres)
Despacho de Cemento Portland
Dólar Blue (o informal)
Según algunos
analistas, el Dólar Blue se deriva de la ecuación que arroja la base monetaria
(dinero legal o efectivo en manos del público más el encaje bancario, todo en
pesos) dividido las reservas existentes en el BCRA. Hoy esa cuenta arroja un
resultado de $4,80. La reforma bajo
análisis puede derivar en un aumento de la inflación y una disminución de las
reservas. Es por eso que la evolución de este valor es fácilmente predecible.
Conclusiones:
Podría decirse
que esta reforma es nuestra “Espada de Damócles”. Estos últimos años hemos
estado disfrutando de un banquete digno de un Rey, pero sin percatarnos que
sobre nuestra cabeza se balanceaba una filosa espada amenazando con caer.
Este modelo se
basa en el consumo masivo, nivel elevado de gasto público, competitividad
precio del tipo de cambio, precios internacionales elevados, etc. Muchos de
estos basamentos están comenzando a agotarse. Es por eso que el gobierno se
está viendo obligado a tomar medidas económicas emergenciales para contener esa
“espada” que día a día ratifica su amenaza.
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(*) El Autor es Licenciado en Economía de la Universidad Nacional de Rosario.
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(*) El Autor es Licenciado en Economía de la Universidad Nacional de Rosario.
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