viernes, 1 de junio de 2012

Overshooting paralelo

Durante gran parte de 2002, se vivió algo parecido* en materia cambiaria a la situación que hoy enfrenta el Gobierno actual.


Luego de la salida de la convertibilidad, el ministro Remes Lenicov, no tuvo otra alternativa que liberar el mercado de divisas. Se modificó la Carta Orgánica del BCRA y se habilitó un mercado libre de cambios. La Autoridad Monetaria, además de volver a tener la capacidad de hacer política monetaria, pasaría a administrar el valor de la divisa con intervenciones esporádicas en busca de estabilidad. 

Sin embargo, los primeros meses del nuevo arreglo cambiario mostraron un alza brusca en el valor de la divisa norteamericana. Se dio algo similar a lo que llamamos Overshooting cambiario: un comportamiento dinámico que tiene el tipo de cambio nominal ante un aumento en la cantidad de dinero por única vez. El comportamiento dinámico se caracteriza por, una depreciación del tipo de cambio que luego deviene en una apreciación del mismo. Luego de anunciar la devaluación del tipo de cambio a $1,40 por dolar, posiblemente la mezcla entre corralito, corralón y el temor a una nueva caída estrepitosa de la economía hayan ocasionado que la divisa escalara varios centavos cada vez que el equipo económico intentara algún movimiento de salvataje hacia las instituciones financieras asechadas por los ahorristas, con colocaciones compulsivas de bonos, etc, etc.

Finalmente, ocurrió exactamente el fenómeno citado: durante los meses posteriores al pico observado en el valor de la divisa norteamericana, el tipo de cambio nominal comenzó a explorar equilibrios más bajos, venciendo los rumores oscuros acerca de un dólar a $6 o a $8. Todo se dio como la teoría lo indicaba salvo por esa pequeña intervención de la Autoridad Monetaria, de casi 5 años, que desafió la ley de la gravedad cambiaria: sostener un tipo de cambio alto y competitivo. 

Ese parecido al que aludimos, es solo la forma que experimentó la curva que indica la evolución del tipo de cambio nominal oficial que vemos en el gráfico, en comparación con la del dolar blue o paralelo, que en los últimos días se ha disparado y no parece haber certidumbre alguna de que se modere la brecha entre la divisa oficial y la paralela.


Aquí la explicación es otra: no hubo aumentos en la cantidad de dinero ni nada por el estilo. Se dispuso un cepo cambiario impuesto por el zar de la economía Sir William Moreno, que ha insuflado mayor incertidumbre en los agentes económicos (o más bien, la certidumbre de que el dólar en algún momento dejará de valer tan poco). La demanda de divisas supera con creces la oferta, reducida casi a 0, por lo tanto se torna necesaria la creación de otro mercado, en el que la presión por parte de la Demanda establece el precio más alto posible.

Si nos remontamos al inicio de este problema que comienza a estallar por estos días, posiblemente deberíamos viajar en el tiempo hasta el año 2004, en el cual Nestor Kirchner echó a Alfonso Prat Gay de la presidencia del BCRA, cuya consecuencia principal, fue el abandono al sistema de metas de inflación que sería adoptado en el año 2005. A partir de ese momento, el BCRA hizo grandes aportes al crecimiento del monstruo al que llamamos inflación.

Una vez instalado el gran problema, lamentablemente, la gente del Gobierno ha creído (aproximadamente desde el 2007 a nuestros días) que la única forma de frenar la elevada tasa inflacionaria, era anclando el tipo de cambio nominal en un valor en el que tarde o temprano se produciría la apreciación del TCR si no se tomaban otras medidas antiinflacionarias. Las altas tasas de inflación continuaron su curso y el TCR finalmente llegó a niveles noventosos, con la diferencia de que ahora la economía está en riesgo de caer en recesión, pero con inflación elevada.

La reacción oficial para remendar el arrastre de errores cometidos a lo largo de los últimos años no ha sido buena: se bloquearon de modo desordenado las importaciones y se ha cerrado el mercado minorista de divisas, generando multiples problemas que afectan directamente al público (lease: falta de divisas para viajar, falta de insumos industriales, falta de insumos hospitalarios, medicamentos de primera necesidad, encarecimiento general de los bienes de consumo, etc).

Atacar al chiquitaje no reporta el suficiente ahorro de divisas necesario para pagar el vencimiento del BODEN 2012, pero si genera buenos titulares en los diarios opositores y un importante salto en las expectativas de todos los agentes económicos (de hecho, han comenzado los amparos judiciales y las protestas de algunos). Al margen de lo que digan las explicaciones oficiales (las cuales podríamos considerar lógicas) el resultado es el que vemos todos: el aumento en la brecha entre el tipo de cambio oficial y el ofrecido por los "arbolitos".


PD: Esto es muy gracioso
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*Aclaro que cuando digo "parecido", solo me refiero a la trayectoria ascendente del Tipo de Cambio Nominal.



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