miércoles, 24 de septiembre de 2014

Por $15 me hago alto dólar

De manera increíble, el Gobierno sigue haciendo todos los esfuerzos posibles por levantar el blue hacia cotizaciones impensadas en los años que precedieron a la instauración del cepo cambiario. 

Cabe aclarar que el blue constituye un mercado pequeñísimo cuya importancia radica en la referencia que implica la cotización de la divisa en el mercado paralelo. Sirve para asentar las presiones devaluatorias sobre la cotización oficial. Si aumenta el blue, mayor será la probabilidad de una corrección en el mercado oficial. Es ficción, pero que alimenta las expectativas. El hecho de que exista un mercado paralelo, es prueba de que acceder a divisas oficiales es infructuoso. 

Los analistas kirchneristas hablan de un mercado ilegal manejado por unos pocos. Sin embargo, si yo quiero dolares por algún motivo no me queda otra que acudir al blue

El BCRA ya no sabe que hacer para frenar las expectativas devaluatorias de los agentes económicos. Si queda clavado en un precio específico, la presión se vuelve insostenible. Si se aplica el sistema de minidevaluaciones, moviliza al público a hacerse de divisas. 

El cepo se ha endurecido, por lo que la canilla que goteaba de a ratos hacia los importadores de insumos y bienes finales se ha cerrado prácticamente por completo. Sumemos el hecho de que partir de la semana que viene la compra de divisas por parte de importadores de insumos y bienes de consumo final, deberá hacerse* vía tipo de cambio MEP o contado con liqui. Esto no hace más que explicitar la estrategia oficial de aplicar la vieja receta del tipo de cambio múltiple** que tan poco resultado da en el largo plazo. Deberían oficializarlo como para ,al menos, dar algo de certidumbre.   

Un claro ejemplo es lo que sucede con las terminales automotrices que ya no pueden producir más ni ofrecer vehículos de gama baja importados. Pero la Presidente les exige que no encanuten los autos. Como solución se ofrecen parches como el llamado PRO.CRE.AUTO. 
De este modo, toda industria que requiera de insumos importados tenderá a detener su producción o producir a mayores costos de la mano de proveedores locales (hasta donde den abasto).

En un país cuya economía está en default y el Banco Central ya no larga las divisas (al TC oficial) para que los importadores cumplan con sus obligaciones, la palabra inversión es inviable. Por lo tanto, los posibles productores de insumos sustitutos de las importaciones, deberán hacer lo que puedan. 

Lamentablemente el Gobierno disocia la dinámica del mercado cambiario con otras variables macroeconómicas que lo afectan seriamente. No hace nada por solucionar los problemas que ya todo el mundo conoce (inflación, déficit fiscal, financiamiento del déficit, falseamiento de las estadísticas) pero pretende sostener el tipo de cambio oficial, omitiendo a la demanda que cada vez encuentra menos caminos para dejar en algún lado esos pesos excedentes que hay en la economía.


"Quédense tranquilos, esto está todo estudiado en profundidad"

Como muy bien menciona el economista Tomás Bulat, el mayor problema reside en la cotización del dólar oficial que pasó a ser un número mentiroso que figura en cualquier pizarra de banco o casa de cambios, pero que en la práctica es inaccesible para casi la totalidad de los agentes económicos. 

En este momento, la única utilidad que en teoría se le puede dar a esta cotización es la de captar a low cost las divisas provenientes de las exportaciones del agro. Pero resulta complicado engordar las reservas mediante esta metodología cuando los agricultores creen que los precios en tranquera que recibirán son demasiado bajos como para desprenderse de la cosecha que continúa almacenada en los silos bolsa. Esto es: recibir el precio de la tonelada de grano a $8,45 - el 35% de retenciones (más gastos de fobbing), lo que les deja un TC inferior a $5,50 mientras que al mismo tiempo se negocia el dólar blue por $10 más. 

Los proveedores de insumos para el agro que hasta hace poco importaban a tipo de cambio oficial, ya no podrán hacerlo ya que solo se les permite utilizar el tipo de cambio paralelo legal. Así, los productores pasarán de tener rentabilidad extraordinaria a incurrir en pérdidas. El Estado que tan presente se hace al momento de recaudar ganancias, una vez más se borra en épocas de vacas flacas.  

No es muy complicado encadenar este suceso con las medidas comentadas a continuación. 

MEDIDAS QUE LEVANTAN POLVO

Si la inacción oficial asegura presiones inflacionarias, las últimas leyes cocinadas en el Congreso solo pueden empeorar el panorama. Comencemos: 

Ley de Abastecimiento, Precios y Consumo

Los funcionarios han demostrado ser incapaces de pelear contra la inflación apelando a medidas lógicas. Aumentar del gasto por encima de la recaudación sin financiamiento genuino (tomar deuda) y darle a la maquinita para satisfacer las demandas del tesoro, agravan el panorama actual. 
La respuesta es redoblar la apuesta de la mano de leyes con un razonamiento del tipo "está todo bien pero los empresarios nos boicotean". Siguiendo esa línea no resulta ilógico disponer de controles policiales a precios y cantidades. 

El hecho de que un funcionario que en su vida laburó tenga el poder de indicarle a un empresario cuánto debe producir y a qué precio, no puede tener un final feliz. Estamos ante un eventual retraimiento de la Oferta Agregada. No son casualidad los despidos y suspensiones. 
Todo lo que podrían haber logrado con un ajuste ortodoxo (políticas fiscal y monetaria contractivas), lo van a lograr con leyes extravagantes como esta. La diferencia está en el orden. Bajo la primera modalidad, puede ser doloroso. Bajo la segunda, puede terminar en graves consecuencias políticas y sociales. 

Todo parece indicarnos que esta ley apunta fundamentalmente al sector agropecuario, que cuenta con algunas reservas en granos que en el gobierno ven como agua en el desierto. 

Se desconoce el grado de aplicabilidad. No creo que resista por mucho tiempo la confiscación sin que haya cese en la comercialización y ruralistas cortando rutas. Todo esto teniendo en cuenta un entorno entre 6 o 7 (en términos inflacionarios) veces peor que durante el interminable paro realizado por la mesa de Enlace en 2008. El cese en la comercialización en este momento, no le dejaría otro camino al BCRA que una feroz devalueta correctiva con consecuencias políticas desconocidas. Cómo mínimo, es una provocación a la alteración del orden. El objetivo puede ser forzar una salida heroica y no hacerse cargo de nada. Como sea, que no sorprenda de que el blue este llegando a $15. 

Se habla por ahí, que intentarán reflotar la reforma del Código Civil para tratar de cerrar el círculo. 

Default y cambio de jurisdicción de pago

Los medios parecen haber olvidado la pelea con los fondos buitres. Pero sigue complicando a la economía (aunque en el gobierno le resten importancia). La futura ley para cambiar la jurisdicción de pago, puede asegurar un default eterno que implicará mayor déficit de divisas. Esto podría darse a raíz de una eventual declaración del juez Griesa. 

Con las vías de obtención de divisas obturadas, no hay forma que el tipo de cambio oficial no tienda a subir. A eso adicionemos la mala costumbre de cubrir el déficit fiscal con emisión monetaria. Todos esos pesos que se suman a la economía, no son deseados por los agentes económicos a quienes solo les queda la opción de recurrir a la compra de divisas. Los importadores se apuran por realizar sus respectivos negocios y los exportadores retrasan los suyos. 

El contexto genera presiones devaluatorias. No se que esperan Kicillof y compañía. 

EX-POST: Cotización del dólar al momento de publicación. 


* Sugerencia de la secretaría de comercio
** como resultado de esto, los diferentes TC son: Blue (informal), MEP, CCL, Tarjeta, Ahorro, Oficial y exportador (ordenados por orden descendente). 

lunes, 1 de septiembre de 2014

Como armar un chiquero en 10 días

(Otra vez utilizando el título de la película How to loose a guy in 10 days )

En la última semana y media, el panorama se ha agravado considerablemente. 

1- El déficit fiscal se está descontrolando. Los datos del mes pasado son bastante dolorosos de leer. Julio reporta un 56% más que el mismo mes del año pasado. A simple vista, uno concluye que el final no va a ser feliz. Los policymakers no parecen estar al tanto del problema y siguen gastando a lo loco, a pesar de que la recaudación (que es récord) no soporta los guarismos de semejante magnitud. Para solucionar el problema inflacionario que deriva de la madre del borrego, empezaron a manipular nuevamente cifras del INDEC. 

2- El Gobierno comienza a caer en la aplicación de leyes extravagantes como la Ley de Abastecimiento o la Ley Antiterrorista para intentar contener precios, limitar los despidos y asegurar un piso en el nivel de actividad. Quieren venezualizar la economía, a pesar de que las pruebas que nos ofrece el país bolivariano son las peores.

3- El default es un hecho. Lo que parecía un "desacuerdo ex-profeso" con los fondos buitre, con el tiempo se va convirtiendo en una realidad. En 2015, cuando venza la cláusula RUFO, Argentina no va a acatar el fallo de Griesa. Las consecuencias son desconocidas.
Los economistas adelantan que esto implicaría un cierre definitivo a las posibilidades de recurrir al financiamiento externo pretendido por los funcionarios para sostener la fiesta, aunque sea con copetín de cuarta.

4- La orden de Kicillof hacia Fabrega tendiente a bajar tasas de interés para evitar que caiga el consumo duró muy poco: al Presidente del BCRA no le quedó otra alternativa que elevarla un punto (luego de una baja de 3) para contener la la exacerbación de la huida al dólar que llevan a cabo los agentes económicos desde hace varios años. Pero la medida llegó tarde y fue interpretada como un cambio permanente en las reglas de juego: el Blue superó los $14,20. De todos modos, con los pronósticos de inflación en mano que rondan en un 40% anual, también incidió la idea de que una suba de tasas de un punto es insuficiente. Deberían haber elevado un 10%, por lo menos para evitar la continua sangría de depósitos de Plazo Fijo, que ya pierden de modo pasmoso con la inflación. 

El dólar y los problemas cambiarios

El vaticinio de que habría problemas con el nivel de tipo de cambio después del Mundial, se está cumpliendo a la perfección. Se acerca rápidamente la situación vivida en Enero, cuando de un saque y en forma desordenada, se devaluó el peso un 24%. Con una diferencia: la situación económica es considerablemente peor. Una devalueta más de esas características no sería tomada con tanta tranquilidad por los agentes económicos: durante el mes de Enero, la actividad es considerablemente menor al resto del año. 

Por otro lado, los individuos comienzan a anticipar con mayor precisión los movimientos del Gobierno. Esto implica una cobertura anticipada ante los hechos. Por eso es más que entendible la huida oficial hacia un dólar un poco más alto. También la escalada del Blue. 

La Ley de Abastecimiento 

Es imposible predecir el grado de aplicabilidad que tiene la futura nueva Ley de Abastecimiento: con la que está vigente no han hecho demasiado. Ergo, al ser recontraineficientes para todo lo que hacen, es de suponer que alguna vía de escape van a dejar abierta. Esto implica una fuga hacia ese sitio, lo que significa mayores costos para la sociedad. De hecho, demostraron ser inútiles al momento de redactar leyes y resoluciones, lo que llevó a varios jueces a declarar la inconstitucionalidad de la nueva normativa (ejemplos hay de sobra pero nombro uno solo: el "7D")

No creo que hacer quebrar empresas por obligarlas a producir por debajo de sus costos sea una solución pensada para el largo plazo. Tiene cierto parecido al plan que aplicaron los Soviéticos con los Nazis durante la Segunda Guerra Mundial, que consistía en abandonar sus ciudades en ruinas antes de que el invasor pudiera acaparar los recursos existentes. 

Si el plan es imitar a Venezuela pueden olvidarse: es inaplicable en este país. No imaginemos demasiado aguante por parte del público local ante una situación de desabastecimiento como la vista el domingo pasado en el programa del gordo Lanato. Podemos soportar la corrupción extrema, el clientelismo y algunas malas medidas económicas. Pero no el totalitarismo, después de haber escuchado las diatribas oficialistas antidictadura durante más de 10 años. 

El Estado no controla la calle desde hace rato. Los inspectores podrán requisar algunas empresas de renombre para sembrar el terror. Pero no cuentan con el apoyo militar ni las fuerzas de choque con las que cuenta el presidente venezolano Nicolás Maduro para llevar a cabo ciertas operaciones facultadas por leyes de este tipo. 
Tampoco pudieron cooptar la totalidad del Poder Judicial. Tienen jueces que no avalarán este tipo de atropellos. 

Con que haya un solo día viviendo esta situación, es suficiente para que empiecen a preparar el helicóptero. Ese mismo que llevó a Fernando De la Rúa en Diciembre de 2001.