miércoles, 23 de mayo de 2012

Sobre márgenes de maniobra

Es cada vez más frecuente escuchar hablar a economistas no cercanos al gobierno acerca de este tema. Se trata de cuestiones en las que la aplicación de una eventual solución, encarna otro problema. 

INFLACIÓN

No parece haber solución a la inflación. El Gobierno solo ha recurrido al ancla cambiaria como freno, pero el deterioro que sufre la economía por el atraso del TCR(1) parece mayor a los beneficios de un dolar barato (dejando atrás el paradigma del Tipo de Cambio Alto y Competitivo). 

No se recurrió en su momento(2), a contraer la política monetaria (o no expandirla tanto), quizá por motivos ideológicos o electorales, hecho que deja fuera de juego a uno de los frenos posibles a la escalada en el nivel general de precios. De esta forma, la política monetaria pasó a ser procíclica (a contramano de lo que sucedió en el resto del mundo).
Ahora, cualquier bajón en la expansión monetaria se dará por la merma en el crecimiento de la actividad (que se está empezando a notar), confirmando el sesgo procíclico de la política monetaria, aunque la baja en el crecimiento de M no parece tan pronunciada (esto se puede ver en el cuadro). Lo que si es seguro, es que una hipotética reducción en el crecimiento de M, no forma parte de una política anti inflacionaria del Gobierno.

La política fiscal sigue siendo demasiado expansiva. Años atrás, de la mano de superávits gemelos que constituyeron uno de los pilares del modelo, era posible expandir el gasto, tornándolo cada vez más procíclico. En la actualidad, es difícil sostener la idea de expandir la política fiscal (de modo que pase a ser contracíclica) sin posibilidades de financiarla (financiamiento externo cerrado, recaudación insuficiente y la dificultad de financiar con emisión).
Seguir insistiendo, profundizará el problema inflacionario acelerando el atraso del TCR recreándose la situación de atraso cambiario vivida durante gran parte de la convertibilidad.

Si el Gobierno decide solucionar este problema, deberá repensar el manejo de estas variables. Pero las consecuencias de llevar a cabo el replanteo, no serán buenas. Deberá elegir entre absorber el costo político a corto plazo de ajustar o el costo político y económico de sostener altas tasas de inflación. Esta última opción, solo retrasará el aterrizaje forzoso de la economía, con posibilidades de generar una crisis más virulenta.

GASTO PÚBLICO

El Gobierno, consciente del problema, trató de eliminar parte de los subsidios domiciliarios (gas, luz, agua y transporte) por $70.000 M pero fracasó ante la amenaza de protestas por parte del público (por que en realidad no las hubo). Ahora, busca la forma de sostener dicho gasto. Los especialistas no recomiendan hacerlo a cualquier precio, pero hay muchas posibilidades de que recurran al BCRA. Sería una forma inflacionaria de financiar gastos.


En lugar de reducir subsidios de "modo tradicional" (anunciar subas en tarifas), se dispuso de un sistema de buena voluntad instaurado por el Gobierno, que fracasó estrepitosamente(3).  La tibieza de la administración k, tiene que ver con la poca predisposición a pagar los costos políticos del derroche que se dio durante los años de oro del modelo. El problema para el kirchnerismo, es que le quedan 3 años de gobierno.

BALANZA COMERCIAL

El superávit comercial se está agotando. Con la progresiva pérdida de competitividad que se viene dando desde hace algunos años, nuestra economía se está volviendo muy dependiente de las exportaciones de productos primarios. El dolar barato está comenzando a mostrar una de sus consecuencias: el aumento de las importaciones.


La fuente que abasteció durante gran parte del modelo al BCRA de divisas para sostener todo tipo de contingencias, hoy comienza a mostrarse insuficiente. 

El Gobierno, consciente de los problemas que estamos teniendo en la balanza comercial propuso como solución, bloquear las importaciones de todo tipo de productos y de un modo muy desordenado, elaborando complicados controles burocráticos y trabas que impidan el ingreso de estos productos. De este modo, se logró con relativo éxito el doble objetivo de defender las reservas del BCRA y de no permitir que la producción nacional se resienta(4)

TIPO DE CAMBIO REAL APRECIADO 

En estos últimos tiempos el BCRA a acudido a las reservas para financiar de todo (gastos corrientes, intereses de deuda, inversión, salida de capitales, etc). Pero la utilización de esta fuente está demostrando ser limitada: la oferta de divisas, proviene en su totalidad del superávit comercial y este se está achicando paulatinamente por los problemas de competitividad descritos en los párrafos anteriores. Esto y la demanda creciente de divisas, generan presiones devaluatorias que el BCRA intentó minimizar con las intervenciones diarias (vendiendo divisas). De este modo, se fueron perdiendo reservas. El BCRA ha gastado su capacidad de fuego. 

Hoy, es Moreno y sus intervenciones policiales en las casas de cambio y bancos de la city, quien intentará surfear el tsunami. Con estos métodos, la autoridad monetaria ha vuelto a comprar divisas. Sin embargo, no lo ha hecho en una cuantía significativa pese a que transcurren los meses correspondientes a las liquidaciones de las exportaciones agropecuarias. No sabemos lo que puede llegar a ocurrir durante los meses de siembra.




En definitiva, se dan varias situaciones de Trade Off en las que el resultado siempre es malo:
  • El establecimiento de políticas anti inflacionarias posibilitará desacelerar la apreciación del TCR, pero puede generar un mayor enfriamiento de la economía, demandas sociales y costos políticos para el Gobierno. Si no se hace nada, también habrá enfriamiento (caída en la actividad por menor inversión e invasión de articulos importados) pero a más largo plazo. Amenaza de estanflación. 
  • El financiamiento del Gasto Público es casi inviable. O se recorta (con consecuencias en las urnas), o se busca un método alternativo al de recurrir a la maquinita de Ciccone. Inicialmente, el recorte de subsidios puede generar un salto importante en la canasta básica de consumo. Esta es una decisión muy complicada para el Gobierno.
  • El bloqueo a las importaciones, a corto plazo resulta positivo para el saldo de la balanza comercial. A mediano y largo plazo, genera escasez (tanto de insumos como de bienes finales) que contribuye al incremento de la tasa inflacionaria y ocasiona mayores pérdidas en la competitividad de la economía. Además, con el tiempo, las exportaciones terminarán siendo perjudicadas ya que no es posible que en resto del mundo no tomen represalias ante las actitudes nacionales y populares(5)
  • El cierre del mercado de divisas, que es beneficioso a corto plazo (beneficioso para los objetivos del gobierno), genera presiones devaluatorias. La brecha entre el mercado oficial y el paralelo, cada vez es mayor. El BCRA evita la devaluación por temor a una profundización de los problemas inflacionarios. Pero no permitir una depreciación implica una situación de impotencia ante la pérdida acelerada de la competitividad, que con el tiempo, provocará múltiples situaciones de escasez de divisas con mayores presiones al alza de la moneda. A la larga, no es buena idea continuar con esta política, pero Moreno tampoco puede abrir el mercado de divisas en un abrir y cerrar de ojos ya que este se ha convertido en una verdadera olla de presión. Quien la destape deberá asumir la debacle.
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(2)  Cuando había margen
(3) Actores y famosos hicieron spots televisivos en "Futbol Para Todos" en el que anunciaron que se iban a quitar los subsidios. Dicha metodología, fracasó por varios motivos: 1- Del 54% que votó a Cristina, la gran mayoría no podía quitarse los Subsidios. 2- El 46% no lo hizo, por falta de interés. 3- Muy poca gente, tiene la posibilidad de tomarse el tiempo necesario para llenar un formulario...para que le quiten algo!
(4) A la larga siempre hay problemas: cuando se acaban los insumos se para la industria.
(5) Violar disposiciones de la OMC, tratados internacionales, regionales, etc.

viernes, 11 de mayo de 2012

¡A entrenar a las Malvinas!

Son hechos curiosos los que suceden por estos días en los que YPF vuelve a manos del Estado (no el petróleo, no confundamos)

Aunque parezca increíble, el Gobierno esta vez fue coherente: es preferible entrenar en Malvinas a tener que hacerlo en los depósitos de la Aduana bajo la fría mirada de los agentes de la AFIP. Decidieron mostrarnos eso mediante un Spot comercial, en el que el deportista era del PRO y nunca se enteró que era para beneficio gubernamental.



Si lo mencionado en el párrafo anterior es tomado como lo que es (una joda), la gente del Gobierno incurre en una contradicción bastante burda: 

¿Cómo es posible que saquen al aire un Spot publicitario alentado a los atletas argentinos y al mismo tiempo Guillermo Moreno le retiene al Comité Olímpico Argentino algunos materiales útiles para el entrenamiento de alta competencia?

Este hecho, sacando de lado lo lamentable de utilizar los juegos olímpicos para hacer política barata, además de curioso, es bastante ilógico. 

Es imposible que un ente sin fines de lucro como lo es el COA, exporte productos por U$S 4 Millones. Lo hace BMW, Mercedes y muchas otras empresas que a fuerza de acuerdos, a lo mejor logran cambiar autos por vinos. 

Se puede practicar proteccionismo, de hecho todos lo hacen. Lo que no se puede, es caer en la generalización total de frenar todas las cosas que vengan de afuera. Antes de tirar la granada, evacuá a las mujeres, niños y ancianos. El Gobierno la tira sin importar quien esté en el lugar.
La realidad es que nos quieren meter el perro, con la idea de que todos estos procedimientos corresponden a una políticia de sustitución de importaciones

La sustitución de importaciones, implica producir internamente lo que antes se traía de afuera. Para ello, se deben aplicar políticas arancelarias (que son las más recomendables por la OMC y los organismos internacionales) que protejan a la industria que sea de interés del Gobierno o el conjunto de la Sociedad. La protección, deberá permanecer mientras la industria en cuestión curse por las primeras etapas de desarrollo. Es más o menos lo que se hizo en el grupo de países conocidos como los Tigres Asiáticos (Japón, Corea, Malasia y Singapur) luego de los años ´60 (esto es aproximado). Se protege a una industria hasta que logre ser competitiva, de modo que no solo sustituya, si no que también exporte.También es necesario que haya una política de Estado al respecto: mientras que en los países del sur de Asia siempre la hubo, aquí dependemos de la buena voluntad de quien esté al frente del Gobierno.

En nuestro país, históricamente se intentó la sustitución de algunos productos, pero se alentó la ineficiencia con subsidios, beneficios fiscales, beneficios energéticos, además de los aranceles, y aún así posiblemente no se logre cubrir ni siquiera un 40% del mercado con productos nacionales (además del costo del encarecimiento del producto en cuestión en el que incurren los consumidores). Se alegaron problemas estructurales, como la elevada inflación, la inflexibilidad del factor trabajo (sindicatos muy poderosos, muy ligados al poder), el requisito de importar bienes de capital con las divisas provenientes del agro (la falta de divisas en épocas de malas cosechas o malos precios), la enfermedad holandesa, etc, que impidieron llegar al estadio superior de lograr la competitividad. 


Actualmente, la ISI que nos proponen está muy lejos del ideal sustitutivo de décadas pasadas. Hoy podés importar autos de lujo a cambio de exportar aceitunas o vinos. Por incapacidad tecnológica y costos elevados, es imposible pensar en fabricar un Audi en nuestro país. Por lo tanto, a la hora de detener en la Aduana a estos productos, no se busca la ISI: el objetivo es juntar la mayor cantidad de dólares para afrontar otros costos, producto de la ineficiencia que empieza a desnudar el "modelo".


Además, el procedimiento es poco benefcioso para la sociedad. Las importaciones que no entran tampoco se sustituyen, hecho por el cual se genera escasez y aumento en los precios finales. 

Como país, tendríamos que decidirnos de una vez por todas: 
¿Qué productos queremos exportar?
¿Cuáles podemos exportar?
¿Cuáles son los bienes que suponemos estratégicos para el entramado productivo nacional, que debemos proteger?
¿En que sectores somos competitivos? ¿En cuales no lo somos?


El actual Gobierno se limita a hacer lo que el imaginario colectivo pide con frases del tipo: "este es un país rico en el que tirás una semilla al piso y crece. Si queremos, podemos fabricar de todo". La realidad actual es muy distinta. No estamos en los años ´50 en los que era factible sustituir importaciones (ejemplo: electrodomésticos). Hoy manda la globalización, los componentes electrónicos de avanzada, la necesidad de renovar el stock de Capital en forma permanente, China, Brasil y una multitud de economías más eficientes que la nuestra en la producción de bienes y servicios.


Como sigamos por este camino, seguiremos desaprovechando oportunidades en los sectores en los que somos competitivos ya que carecemos de políticas que apuntalen el desarrollo de estas actividades.


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(*) En lo referido puntualmente a la sensatez: si pido coherencia a los demás, lo menos que puedo hacer, es ser coherente en mis acciones.